Somos un grupo de 13 mujeres y 1 hombre. La mayoría vivimos en El Campico (Alcantarilla, Murcia). Una vez a la semana nos reunimos y charlamos sobre temas diversos. En este blog queremos recoger algunas de estas conversaciones.

martes, 26 de febrero de 2013

Derechos de los animales, tradiciones, gastronomía...




Hace un par de semanas, llegaron al Congreso de los Diputados dos Iniciativas Legislativas Populares. Una hacía referencia a los desahucios y al derecho a la vivienda. De este tema hemos hablado en varias ocasiones. De hecho, una de las etapas de la Marcha contra el Paro y la Precariedad, en la que participó la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, pasó por Alcantarilla, nuestro municipio, y estuvimos acompañándola un rato. La otra iniciativa tenía que ver con los toros y la Fiesta Nacional. Mientras se debatía, el diputado de UPyD Toni Cantó dijo: "Ni los toros ni el resto de animales tienen derecho a la libertad ni a la vida". La frase circuló mucho por Facebook y se comparaba con otras del tipo

"La supuesta ausencia de derechos de animales, la zoantropía que sostiene que nuestra actuación hacia ellos no tiene relevancia moral o, como se dice en el lenguaje ético, no hay deber frente a la criatura, es una de las barbaridades de occidente cuyo origen está en el Judaísmo" (del filósofo alemán Schopenhauer) o "Qué mentalidad pobre hay que tener para decir que los animales carecen de sentimiento y entendimiento" (de Voltaire escritor francés del siglo XVIII).

A partir de estas tres frases, iniciamos un debate sobre los animales, sus derechos, algunas prácticas tradicionales y sobre su uso en investigaciones o como alimento.

Lo primero que nos vino a la cabeza fueron recuerdos infantiles en los que la pioja vestía con delantal y pañuelo y esperaba en casa a que llegara el esposo piojo para servirle la cena recién preparada.También recordamos cómo imaginábamos las conversaciones del palomo y la paloma y convertíamos en palabras sus sonidos guturales.

Respecto a los toros de lidia, la mayoría lo veíamos una barbaridad por el daño que se inflinge al animal y por el riesgo que corre la persona. "No es un trabajo digno porque te buscas la muerte", dijo una compañera. Sin embargo, el poder de la tradición, lo reconocemos, pesa mucho sobre nosotras. En ese sentido, expresamos que los toros no nos gustan pero si hay quien quiere hacerlo, pues que lo haga. 

Ahora bien, otras prácticas como lancear toros o ponerles fuego en los cuernos, lo vemos intolerable. Tampoco nos gustan las sueltas de vaquillas o los encierros. Aquí, en El Campico, se escapa un caballo y enseguida tienes a la policía encima multándote. Y, sin embargo, en muchas fiestas se sueltan vaquillas.

En relación con las tradiciones, hablamos también de las peleas de gallos. De la misma manera que hay gente que cría pollos para comerlos, hay gente que los cría para que peleen. Y se hace por los mismos motivos que los toros: ganar dinero. Insistimos en que no nos gusta y que, si estuviera en nuestra mano, lo quitaríamos (al menos la mayoría de nosotras).

Acabamos hablando de los animales como alimento. De nuevo, acudieron a nuestra memoria recuerdos de la infancia. Una compañera contó que si veía cómo sus padres mataban y desollaban a un conejo, no se lo podía comer.  Otra compañera pasa algo de miedo cada vez que tiene que trocear un pollo y si cuando se lo está comiendo, piensa en el pollo vivo, se le cierra el estómago. Y es que, una cosa es el animal vivo y otra su carne en un plato. De la misma manera que los ingleses tienen palabras distintas para referirse a una y otra, nosotras decimos "chicha" para referirnos a la carne y así espantamos algunos de nuestros temores.


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