Somos un grupo de 13 mujeres y 1 hombre. La mayoría vivimos en El Campico (Alcantarilla, Murcia). Una vez a la semana nos reunimos y charlamos sobre temas diversos. En este blog queremos recoger algunas de estas conversaciones.

jueves, 7 de marzo de 2013

8 de marzo: Día internacional de la mujer... trabajadora.



La mujer de la derecha es Rosa luxemburgo y la de la izquierda, Clara Zetkin. Las dos lucharon por los derechos de la humanidad en general y de las mujeres en particular. Precisamente, fue Zetkin quien propuso en un congreso de mujeres socialistas en Copenhague que se convirtiera el 8 de marzo en Día Internacional de la Mujer. En esos momentos, una de las batallas principales que libraba el movimiento feminista era el derecho al voto. Como se puede ver en esta otra foto, las mujeres se la jugaban por pedir derechos que ahora entendemos como de lógica elemental.


Algunos días después de la celebración del primer 8 de marzo, se produjo el terrible incendio de la fábrica Triangle Shirtwaiste (Nueva York) en el que murieron 146 trabajadoras (la mayoría entre los 16 y los 23 años). Las puertas de la fábrica estaban cerradas para que nadie pudiera salir ni entrar durante la jornada laboral y eso incrementó la masacre. Desde entonces, el 8 de marzo se cargó de reclamaciones laborales.


Desde hace años, sin embargo, el calificativo de "trabajadora" se ha quitado del 8 de marzo porque se da por hecho que mujer y trabajadora es una redundancia. Y, es verdad, al principio lo parece pero basta con dedicarle un segundo al tema para darse cuenta de que aunque sean pocas, hay una minoría de mujeres que no dan un palo al agua porque se lo dan todo hecho. Serán mujeres pero no trabajadoras.Volvemos a hablar de Ana Mato que hace poco dijo que su momento preferido del día era cuando veían cómo vestían a sus hijos. A esta clase de mujeres, una compañera las denominó de gama alta (Mercedes, Ferrari...) frente a las de gama media o baja (Seat, Renault...). Aclaramos ya que nosotras no queremos ser de gama alta.

Estuvimos debatiendo un rato sobre la idea de trabajo. Una compañera diferenció entre el trabajo intelectual y el manual. En su opinión, el segundo es mucho más cansado que el primero y lo explicó así: ¿Cómo puede nadie decir "ay, tengo estrés en la piel de escuchar los problemas de esta o de la otra"? Otras compañeras opinaron que tanto un trabajo como otro eran complicados. En lo que hubo consenso fue en que trabajar cansa. De hecho, hasta no hacer nada cansa.

Después le dimos un par de vueltas al concepto "liberación de la mujer" en el sentido de nuestra incorporación al mundo laboral. De entrada, el que podamos salir fuera a trabajar (en estos tiempos que corren esto es hablar por hablar) lo vemos como positivo. Pero en la conversación vimos que

(1) En el trabajo no nos sentimos libres.
(2) No nos liberamos de las tareas y preocupaciones del hogar.
(3) Sufrimos mucho cuando nos sentimos separadas de la familia (en especial de los hijos) y vemos cómo se escapa el tiempo sin poder estar con ellos.
(4) Si de algo nos liberamos es de la preocupación de conseguir dinero, siempre y cuando nos paguen, claro.

Por todo ello, llegamos a la conclusión de que, tal vez, hablar de liberación de la mujer sea algo excesivo.

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