Nietzsche en El Campico

La tertulia literaria del jueves pasado la dedicamos a Nietzsche, en concreto a algunos pasajes de "Así habló Zaratustra". Nietzsche es conocido como filósofo pero también fue, entre otras cosas, músico y poeta. De hecho, Zaratustra (alter ego de Nietzsche) se reconoce como poeta y como tal advierte que es poco de fiar (nosotros [los poetas] mentimos demasiado). Además, Nietzsche consideraba el mundo perfecto como ambivalente: En este instante se ha vuelto perfecto mi mundo, la medianoche es también mediodía, el dolor es también placer, la maldición es también bendición... Es posible que haya mucho de provocación en todo esto pero el carácter poético de sus textos nos permitió debatir sobre muchas cuestiones y de forma muy interesante. Nos gusta pensar que cualquiera puede ser poeta y eso nos sirve para acortar distancias con textos como "Así habló Zaratustra".

Antes de meternos en harina, fue inevitable dedicar unos minutos al bigote de Nietzsche. Es grande y vistoso donde los haya y especulamos con cómo besaría, cómo bebería vino o comería sopa. No nos gustó el mostacho, las cosas como son.

La idea que más revuelo levantó fue la de la muerte de Dios. Como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, varias compañeras son del culto y esto les motivó mucho en el debate. La inexistencia de Dios permite a la persona romper con las concepciones impuestas de bien y mal y crear su propia moral. Sin embargo, esto era un contrasentido para varias compañeras porque es precisamente la existencia de Dios la que permite que haya un criterio moral que nos permite distinguir entre el bien y el mal (otra cosa es la forma en la que cada cual decida después actuar). Sin Dios, caeríamos en el desorden.

El debate sobre Dios lo calmamos contando que en "Así habló Zaratustra" es el hombre más feo del mundo el que mata a Dios, harto de que éste fuera testigo permanente de su fealdad.

Otra idea en la que hubo más acuerdo y cercanía con Nietzsche fue en la de construirnos nuestro propio destino, más allá de lo que otros consideren que debemos hacer o pensar. Dos citas sobre esto: (1) ... mejor  construirse cada uno su destino a su manera... y (2) ¡Llega a ser el que eres! Nos gustó la idea de convertirnos en dueñas de nosotras mismas. A Nietzsche hay quien lo incluye en el grupo de los "Maestros de la sospecha" (junto a Marx y Freud) porque pusieron patas arriba muchas de las cosas que se daban por sentadas. Además, imaginaron la forma de apañar el mundo, cada uno a su manera. La posibilidad de llegar a ser hombres y mujeres autónomos está presente en los tres. Marx dijo algo muy parecido a una de las frases que hemos citado de Nietzsche, dijo: No soy nada pero debo serlo todo. 

Este debate, lo hicimos el 7 de marzo, víspera del Día Internacional de la Mujer. En todo caso, hubiera sido inevitable hacer referencia al machismo de Nietszche. Cuando dice "hombre", no dice "persona", dice "hombre". De hecho, dedica algunos capítulos a la mujer. Para superar los errores de Nietzsche, seleccionamos algunas frases machistas del mismo y las cambiamos a nuestro antojo.

Las frases son las siguientes:

• La felicidad del varón se llama: yo quiero. La felicidad de la mujer se llama: él quiere.
• ¿Vas con mujeres? ¡No olvides el látigo!
• Tema el varón a la mujer cuando ésta odia: pues en el fondo del alma el varón es tan sólo malvado, pero la mujer es allí mala.
• Dos cosas quiere el varón auténtico: peligro y juego. Por ello quiere él a la mujer, que es el más peligroso de los juguetes.
• Así quiero yo que sean el hombre y la mujer: el uno, apto para la guerra, la otra, apta para el parto, mas ambos aptos para bailar con la cabeza y con las piernas.

 

Y nuestras tergiversaciones se las hicimos decir a un Nietzsche ya mayor y cómodamente tumbado en un sofá: